Hoy os quiero contar cuatro ideas que he llevado a cabo en mi clase y que han funcionado bien. Todas están relacionadas con la animación a la lectura. Muchas veces, mandamos a nuestros alumnos que lean sólo por el hecho de que se apasionen tanto con un libro como lo hacemos nosotros. O al menos es así en mi caso. Y se nos olvida ponernos en su situación y comprender que aún, en la mayoría de los casos, no conocen esa pasión. Yo soy de la opinión de que gran culpa de esa falta de enamoramiento por la lectura viene de los coles, especialmente por el hecho de tener “lecturas obligatorias” y realizar exámenes y fichas hiperaburridas sobre esos libros. En mi caso, las fichas las he tenido que hacer igualmente. Pero también he hecho alguna actividad diferente con el contenido del libro.
1. Folio giratorio. Antes de empezar con aprendizaje cooperativo formalmente, ya llevé a cabo actividades y organización del aula similar a la que estoy llevando a cabo ahora. Cuando leímos el primer libro de este curso, pedí a mis alumnos que redactaran el resumen del libro en grupos de tres (que era como estaban organizadas las filas) y que lo hicieran con la técnica del folio giratorio. En este caso concreto, les indiqué que escribieran una frase cada uno. Una vez que el primer alumno había escrito la primera frase, pasaba el folio al siguiente compañero, que continuaba con la historia. Era la primera vez que llevaba a cabo esta técnica y funcionó muy bien. Además, la calidad de los resúmenes fue mucho mayor que cuando lo redactaron de manera individual. Esta técnica les obligó a leer lo que había escrito el compañero anterior y continuar la historia en ese punto; ya que la falta de orden cronológico es uno de los errores más comunes cuando escriben un resumen.
2. Escenas con plastilina. De nuevo en grupos de tres, les pedí que seleccionaran la escena del libro que más les había gustado y la hicieran con plastilina. El libro era “El viaje de Nicolás”, de Jean Guillore, que era muy bueno para la representación gráfica porque describe muchos paisajes y aventuras de los dos protagonistas. Después tenían que presentar su escena a la clase, describirla, y explicar por qué la habían seleccionado como la más interesante. He de decir que tengo alumnos que son verdaderos artistas con la plastilina. Aquí os dejo sus escenas.
3. Preguntas y respuestas. Para el tercer libro, les pedí que a medida que lo leían escribiesen veinte preguntas con sus veinte respuestas en el cuaderno. Después, entre todo el equipo, tenían que seleccionar una lista de diez preguntas teniendo en cuenta las veinte preguntas de cada compañero. A continuación, hicimos una actividad en la que cada equipo respondió las diez preguntas de todos los equipos. Fuimos rotando las hojas y, cuando el primer equipo acababa con las diez preguntas que tenía en ese momento, ya todos los equipos tenían que pasar la hoja de preguntas al equipo siguiente. Después, cada equipo fue responsable de la corrección de las respuestas que los otros equipos habían hecho de su lista de preguntas. Y una cosa quedó clara, ¡son mucho más exigentes que nosotros cuando corrigen! ¡No pasan ni una! Como propuesta de mejora para esta actividad, sería necesario acotar bien el tipo de preguntas que deben preparar, para que sean sobre el contenido del libro y no sobre el libro físicamente hablando.
4. Cartel de “devora – libros”. En el corcho que tenemos en clase, tenemos un cartel donde cada alumnos, al terminarse un libro, va y escribe algo. Puede ser un resumen, una frase, un dibujo… lo que se les ocurra. Son totalmente libres. Pero tienen que dejar huella de que se han leído un libro. La foto que os pongo es del cartel del primer trimestre. El cartel del segundo está aún en construcción. Es muy chulo ver cómo se va llenando de cosas. Y, de vez en cuando, me pongo a leer lo que escriben y es muy divertido. Es una manera muy gráfica de ver todo lo que leen.
Pues creo que con ese tipo de cosas si que les metes el gusanillo y que empiecen a leer. Por lo menos la metodología de antes la de obligar a leer por narices los libros en el colé no servia de mucho y te lo dice una persona que empezó a leer a una edad muy tardía por querer meter las cosas a capón. Estoy segura que alguno o alguna tendrá el gusanillo en su interior con ese tipo de actividades. Que sepas que me encanta leer tu blog 👏👏
He seguido tus sabios consejos tras días agotadores para las dos y el folio giratorio es muy buena práctica. Ya sabes mi experiencia final. Lo haces estupendamente.
Muchas gracias. Todo es un proceso. Y aunque no consiga ver ese gusanillo, espero al menos haber plantado alguna semilla.
¡Muchas gracias! ¡Me alegro mucho de que funcionara el folio giratorio!