Hoy quiero contaros que ya he empezado a trabajar por equipos cooperativos en mi clase (los que me seguís en Instagram y en Facebook ya lo sabíais). En realidad no pensaba hacerlo hasta el segundo trimestre, como hice el año pasado, pero es algo en lo que creo tan firmemente y que da resultados tan bonitos, que he decidido ponerme ya con ello este curso. Y, además, he decidido ir contando aquí cada paso que voy dando con mis alumnos, incluyendo aciertos y errores. La ventaja de haber trabajado ya así el curso pasado es que me permite corregir y mejorar muchas cosas. Así, mi intención con este post y con los que vendrán después es compartir mi proceso, recibir todos los consejos o sugerencias que estéis dispuestos a ofrecer y, quizás, presentar una experiencia que pueda servir de ayuda para otros profes.
El primer paso es la formación de los equipos. Cuando no conoces a los alumnos o no has pasado suficiente tiempo con ellos, puedes hacerlo de manera aleatoria; pero yo prefiero esperar a conocerles mejor y poder así hacer una distribución lo más justa posible.
¿Cuál es mejor distribución de los alumnos?
La división inicial que recomiendan todos los autores es de equipos de cuatro alumnos. Pero, ¿qué pasa cuando el total de tus alumnos no es múltiplo de cuatro? Después de mi experiencia el curso pasado, considero que es más recomendable hacer un equipo de cinco alumnos que uno de tres. El equipo de tres siempre se va a sentir inferior y con menos posibilidades que el resto, mientras que la idea con un equipo de cinco es justo la contraria. Es cierto que la toma de decisiones se complica al ser más alumnos, pero al final es un equipo más enriquecido y que va a estar más a gusto.
¿Cómo hay que hacer la distribución?
En un equipo de cuatro alumnos, siempre tiene que haber un alumno fuerte, uno débil y dos medios. En el caso de un equipo de cinco, siempre será preferible que haya dos fuertes o tres medios antes que dos débiles. Por alumno fuerte entiendo que es aquel que es bueno académicamente pero también que tenga capacidad para ayudar y guiar a los demás, así como organizar a su equipo. Por alumno débil, entiendo que es aquel que presenta alguna dificultad en el aula, ya sea a nivel académico o a nivel de conducta. Y los alumnos medios son aquellos que definen al grueso de una clase, con sus características especiales cada uno de ellos, por supuesto.
¿Qué otras variables hay que tener en cuenta?
La variable del sexo es relativamente despreciable. Un equipo de todo niñas puede trabajar perfectamente, al igual que un equipo de todo niños. Pero sí que es cierto, que en 5º, si hay una única niña en un equipo de todo niños, no se siente cómoda y tiende a participar menos en las decisiones del equipo. Lo mismo ocurriría en el caso contrario de encontrarnos a un niño rodeado de niñas. Por lo que es recomendable equilibrar el número de alumnos en función del sexo o bien hacer equipos de un único género.
Es necesario tener en cuenta también la personalidad de los alumnos. Un equipo de cuatro alumnos súper tímidos no va a funcionar, al igual que un equipo de cuatro alumnos muy dicharacheros y participativos. Hay que procurar mezclar los diferentes tipos de personalidades para que todos puedan aportar y enriquecerse por igual dentro del equipo.
No nos podemos olvidar tampoco de las amistades y/o enemistades entre los alumnos. Si ya sabemos de antemano que existen conflictos entre determinados alumnos, hay que evitar que trabajen juntos lo máximo posible, porque van a dificultar mucho el ritmo del equipo. Y con esto no quiero decir que no haya que trabajar con ellos la resolución de conflictos. Todo lo contrario. De hecho, es uno de los retos mayores cuando se trabaja de forma cooperativa. Pero una cosa es ayudarles a resolver los conflictos que vayan surgiendo y otra cosa es intentar edificar sobre sobre una relación que no es positiva, puesto que estaremos edificando sobre barro.
Con todas estas cosas en mente, formé los equipos de este primer trimestre en mi clase y se lo comuniqué a ellos el viernes pasado. Les dejé todo el día para que se fuesen acostumbrando al nuevo sitio y a los nuevos compañeros. Y a lo largo de esta semana les estoy dando las claves de lo que significa trabajar en equipo y organizando un poco a cada uno. Os iré contando los siguientes pasos en sucesivos posts, así como cosas que funcionen y cosas que no. Todos aprendemos juntos, así que estaré encantada de aprender de vuestras experiencias y comentarios.
Son muy acertadas las pautas para formar los equipos. En mi clase hemos hecho mejor grupos de 5 que de 3 cuando no eran múltiplo de 4. Parece que las relaciones previas son buenas, tan sólo espero estar lo suficientemente atento para captar los conflictos que vayan surgiendo. A veces no se detectan fácilmente…
Espero con muchas ganas lo que vayas compartiendo. ¡¡Gracias!!
Jolines no pensé que formar grupos no era tan complicado jajajaja Madre mía!!! Te deseo toda la suerte este año con tus grupos. Ya nos irás contando. Besos
Muchas gracias a ti por compartir tu experiencia. Yo también espero que me vayas contando qué tal va todo. Un abrazo.
Un mundo!!! Jajajajaja!!! Hay que invertir tiempo en formarlos, porque luego van a compartir mucho juntos y hay que intentar que estén lo más cómodos posible.
Yo también empecé con los equipos. Coincido contigo en absolutamente todo. Lo hago exactamente igual. Quizá solo añadir que el alumno "fuerte" se siente en diagonal con el "débil" y los medios en diagonal entre ello. La razón es porque estén sentados junto a un compañero en la zona se desarrollo próxima. Me gusta la visión de equipos de 5 mejor que de 3. Supongo que los siguiente es la introducción de los roles. ¿De qué curso eres tutora?
Muchas gracias por tu comentario. Coincido totalmente en la necesidad de que fuerte y débil se sienten en diagonal para que la cooperación sea más sencilla y eficaz. Soy tutora de 5º de Educación Primaria. Gracias otra vez por asomarte por aquí.