Queridos lectores, para terminar este mes de julio quiero hacer algo especial. Voy a publicar cinco posts (uno cada día de esta semana) con cinco recomendaciones de libros que he disfrutado mucho y que me han inspirado tanto a nivel personal como profesional. Espero que os guste la recomendación y os animéis a sumergiros en sus páginas. Y si ya lo habéis hecho, estaré encantada de leer vuestras reflexiones.
Allá vamos con la primera recomendación de la semana: El maestro de Auschwitz, de Otto B. Kraus. Es una novela con tintes de ensayo autobiográfico basada en la historia real del bloque infantil del campo de concentración. A pesar de situarse en un contexto histórico tan duro y dramático, la novela no presenta un punto de vista desde el horror, sino desde la esperanza con la que pudieron vivir esta trágica experiencia los profesores, cuidadores, instructores y niños que pertenecían al bloque infantil. Sus vivencias y su forma de enfocar cada uno de sus días en ese campo son una gran enseñanza para nosotros como docentes y como personas.
¿Qué nos enseña “El maestro de Auschwitz”?
A ti, maestro, estas son las 10 razones por las que tienes que leer este libro.
1. El juego es el mejor aprendizaje. Todas las personas que formaban parte del bloque vivían cada día como un juego y así se lo transmitían a sus alumnos.
“La competición era un juego, pero todo lo que se hacía en el bloque se disfrazaba de juego, incluso las cosas que tenían mucha importancia.”
2. La imaginación y la creatividad son las herramientas clave para evadir a los niños de su dura realidad y mantenerles atentos y motivados con su aprendizaje. Es necesario crear un mundo de fantasía para sobrellevar el dolor.
El maestro protagonista de esta historia, se inventó un juego de memoria en el que todos los pequeños eran exploradores y viajaban a la selva del Amazonas, al Polo Norte o a los bosques de África. Al volver al bloque tenían que dibujar un mapa, por lo que debían prestar mucha atención y hacer un buen uso de su memoria. Los alumnos trabajaban en equipo y ganaba el que recordara más detalles. Los niños disfrutaban mucho del juego y el maestro acabó teniendo un mapa muy completo de las medidas del campo.
“En el campo, nuestras reglas parecen ingenuas. Pero, ¿qué mal puede hacer un poco de ingenuidad en este mundo de locos? Quizá en un mundo de locos nuestra ingenuidad sea la razón. No les pegamos y no hacemos que los niños tengan miedo. No les hablamos del futuro; vivimos sólo el aquí y el ahora. Hacemos una isla en el mar. Fingimos que no estamos en el campo. Les hacemos olvidar la chimenea, el hambre y a los alemanes. Creamos un mundo de fantasía.”
“Mientras escribieran historias, dibujaran y bailaran, aunque su arte fuera a menudo banal y mediocre, seguían saliendo victoriosos, pues sus creaciones eran un escudo con la intemperie y la muerte.”
3. La libertad de soñar es lo que nos mantiene vivos en los momentos más duros.
“Aquella noche soñó con un motín, con un enfrentamiento y con su propia fuga. Porque, dentro de la esclavitud del campo, los presos tenían una libertad de la que nadie podía despojarles: la libertad de soñar.”
4. La importancia de la lectura es contagiosa y tiene que transmitirse con pasión. Biblioteca andante.
“Como no había historias, ni libros de aventuras, ni cuentos de hadas en la raída colección de Dasha, los instructores se inventaban lo que Marta Felix dio en llamar la biblioteca andante. Los profesores recordaban novelas que habían leído antes de que los llevaran a los campos. Prepararon una lista de libros que podían contarles en capítulos diarios.”
5. El teatro y las artes tienen un papel fundamental en la enseñanza y en la vida para ayudarnos a disfrutar del aprendizaje y evadirnos de la dureza de nuestra realidad.
“A veces, sobre todo cuando los niños ya habían comido y no tenían más paciencia para aprender, Fabian se subía a la chimenea y los ponía a todos a cantar.”
“Dos veces a la semana, los lunes y los miércoles, los niños representaban una función. Preparaban una obra de teatro, una charada, un baile o una canción y, al final del espectáculo, Miriam, la cuidadora en jefe, distribuía migas de galleta de uno de los paquetes abandonados. Los miércoles eran más importantes que los lunes, porque había cierta competición y Himmelblau entregaba premios a los ganadores.”
6. Trabajar con competiciones, concursos y premios es una opción de éxito para mantener a los alumnos comprometidos con sus clases.
“Los niños no solo competían en limpieza, en matemáticas y en geografía, sino que competían también por los premios del mejor dibujo, mejor historia breve y mejor poema.”
7. Trabajar con los alumnos más difíciles siempre es un gran reto que asumir. Saber encontrar su talento y sacarle partido es el gran triunfo con estos pequeños.
“Le enseñó las letras y las sílabas y luego algunas palabras cortas. Era como comer tierra y piedras, pero Alex Ehren era perseverante y no estaba dispuesto a que un niño le derrotara, por mucho que estuviera enfadado o echado a perder.”
“Un día ocurrió algo que rompió el hielo entre ellos y se hicieron amigos, aunque fuera durante algún tiempo. Descubrió, de modo accidental, que el niño tenía un extraordinario don para la poesía. Sus palabras fluían como un torrente natural, un arroyo que caía como una cascada de la montaña, o más bien como un río subterráneo que de repente estallaba en la superficie. No tenía mucho vocabulario, pero su mensaje era sincero y fresco.”
8. La reflexión filosófica sobre la vida y la muerte y la discusión compartida ayuda a comprender la realidad y construir nuestra propia visión del mundo y de la justicia. Además, conecta el contenido que tratan de enseñar a los alumnos con la situación que están viviendo, con el objetivo de dotarles de las herramientas que necesitan para afrontarlo.
“-¿Qué es ser moral? – preguntó-. ¿Llorar y morir como la pobre Antígona o robar y pisotear a otros para salvar el pescuezo?
(…)
– Es a los niños – prosiguió – a quienes tenemos que enseñar. ¿La verdad o la mentira? ¿No engañes y no robes, quiere a tu vecino? ¿No deberíamos enseñarles más bien cómo sobrevivir en la jungla? Pero, ¿cómo puedo enseñar algo que no he aprendido?”
9. La acción social es un ingrediente clave en la formación de los pequeños. Dar lo que tenemos, ofrecer nuestro tiempo a quien lo necesita debería ser un aprendizaje constante en las escuelas.
“Dos veces a la semana, los niños iban a visitar a los viejos y a los enfermos. (…) Recogían el cuenco de una anciana y se lo lavaban bajo el grifo, le daban la vuelta al colchón y hasta se la llevaban a dar un paseo alrededor del bloque. Cuando volvían, hablaban de su visita, porque incluso aquellos con vidas aparentemente inútiles tenían una historia que contar.”
10. Tener un objetivo y una misión de servicio nos invade de esperanza y nos da fuerzas para sobreponernos a las adversidades.

Quiero acabar este post incluyendo un poema escrito por uno de los niños del bloque que está incluido en el libro. Se titula “Verde” y su autor es el alumno más difícil y conflictivo del grupo.
Muy duro, pero lo dejo pendiente de leer
Sí. Es muy interesante. Ofrece un punto de vista diferente.