Hoy os presento esta joya de libro para desearos un feliz curso 2019-2020. Estoy segura de que será un año que vendrá cargado de aprendizajes y experiencias que quedarán en el recuerdo.
Además de tener un título llamativo, este libro presenta un subtítulo que dice: aumenta la IMPLICACIÓN de los alumnos, POTENCIA tu CREATIVIDAD y TRANSFORMA tu vida como educador. Y la verdad es que puede ayudarte a lograrlo (o al menos ponerte a trabajar en ello), pero sólo si tienes la intención de conseguirlo. Como el propio autor repite numerosas veces en esta obra, lo fundamental es nuestra actitud y nuestras ganas de ser mejores docentes para lograr lo mejor de nuestros alumnos.
Dave Burgess es un profesor americano de la etapa de Secundaria. Su área de especialización es la Historia de los Estados Unidos. Es un profesor absolutamente vocacional que está dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para conseguir la implicación de sus alumnos, pues a través de esta implicación es como se produce el aprendizaje.
Es un libro estructurado en tres partes:
- Enseña como un pirata, donde desarrolla y expone su método.
- Elabora lecciones atrayentes, donde presente una seria de garfios aplicables a todas las áreas que mejorarán nuestras lecciones.
- Llega a ser un pirata mejor, es una invitación final a nuestra grandeza como maestros para ponernos manos a la obra.
El método que este autor propone está basado en seis aspectos que se derivan de las iniciales de PIRATE (pirata en inglés).
“La enseñanza es un trabajo lleno de frustraciones y de dificultades que ponen a prueba tu paciencia. Usa tu pasión para elevarte y planear sobre los obstáculos en lugar de colisionar contra ellos y quemarte”.
2. INMERSIÓN. Es nuestra capacidad par entregarnos completamente al momento y estar plenamente con nuestros alumnos.“Un profesor que está plenamente inmerso en el momento posee un tipo de intensidad que resuena con gran potencia en la clase, independientemente de la actividad”.
3. RELACIÓN. Con este término, el autor hace referencia a la relación y vínculo que se genera entre el profesor y los alumnos y también a la relación y conexión con sus intereses y con lo que les entusiasma durante las clases.“Uno de los grandes secretos y atajos con respecto al compromiso o la participación reside en dedicar menos tiempo a intentar conseguir que los alumnos se interesen por lo que estás explicando y más tiempo a realizar conexiones entre lo que estás explicando y aquello en lo que ellos ya están interesados”.
4. PREGUNTA Y ANALIZA. La calidad de nuestras preguntas determina la calidad de tus respuestas y el tipo de pregunta determina el tipo de ideas que recibirá y concebirá tu cerebro.“Si te preguntas: ¿Dónde está el mejor lugar del recinto escolar para impartir esta lección? Podrás descubrir que el aula no es la respuesta. Pero nunca lo sabrás si no te lo preguntas”.
5. TRANSFORMACIÓN. Actualmente, los estudiantes están sometidos a tantos estímulos e información que para destacar en sus mentes estamos obligados a ser excelentes. No es suficiente ser meramente bueno, no; tienes que ser excepcional.“A veces lo más importante que hacemos como profesores es tomar los temas y usando nuestra pasión, entusiasmo, presentaciones impactantes y creatividad, convertirlos en el tesoro del pirata”.
6. ENTUSIASMO. El autor defiende fervientemente el poder contagioso del entusiasmo. Si lo propagamos generosamente cada día, infectaremos nuestras lecciones y todo lo que hagamos con ese entusiasmo y se acabará extendiendo.“Al incendiarte de entusiasmo, puedes convertirte en un faro de dicha en medio de un bastión de aburrimiento y trivialidad. Tu actitud lleva consigo tu herramienta más poderosa para influir en tu clase”.
A continuación os detallo los cinco aspectos que para mí han sido más significativos en el contenido de esta obra.
Las LECCIONES QUE CAMBIAN LA VIDA proporcionan la oportunidad de intentar transformar la vida de nuestros alumnos, sea cual sea el contenido que toca explicar un día concreto.
“¿Cómo puedo hacer esta lección escandalosamente entretenida, motivadora y poderosa, para que mis alumnos no la olviden nunca y se desesperen por volver a buscar más?” Esta es la pregunta cualitativamente diferente y conducirá a una respuesta también cualitativamente diferente.
El VALOR SOCIAL DE LA EDUCACIÓN está por encima de exámenes impuestos o boletines de notas extremadamente reduccionistas y cargados de etiquetas. Nuestro papel de maestros cumple una función social, para el bien común de la sociedad, que debe estar por encima de estos factores.
“En algún momento de tu carrera tienes que decidir si te preocupa más enseñar para los exámenes o enseñar a los chicos. (…) No dejes que el énfasis excesivo que se pone hoy en día en los exámenes estandarizados conduzca a la pérdida del momento “preñado de aprendizaje”. La posesión de una correcta estructura y el uso efectivo de tu tiempo en la clase te permite la flexibilidad para dejar que acontezca “el momento” sin ningún sentimiento de culpa”.
“Me opongo a reducir la formación, el crecimiento y el desarrollo de mis alumnos a una nota. Gran parte de lo que es realmente importante a largo plazo simplemente no aparece en el “boletín de notas” proporcionado por las calificaciones obtenidas mediante exámenes estandarizados”.
Los alumnos harán cosas increíbles si puedes diseñar una clase y un entorno que sean positivos y potenciadores. Suscitar y superar desafíos, crear relaciones duraderas y forjar conexiones positivas con el colegio, no provocarán directamente unas mejores notas en los exámenes, pero sí crearán personas mejores. ¿No es esto lo que realmente queremos conseguir?
Esta expresión es especial para mí. Burgess nos hace una INVITACIÓN A QUE SEAMOS UN OASIS y resulta, que sin haber leído este libro, yo siempre me he considerado eso en mi cole desde que empecé a trabajar. Muchos de mis compañeros han podido escucharme alguna vez decir que me sentía una isla desierta entre mis compañeros; que sentía que mi forma de trabajar con los alumnos era diferente a lo que veía a mi alrededor. Así que, al leer esta expresión en el libro, me emocionó y me consoló a partes iguales y me ha dado un impulso grande a seguir defendiendo mis opiniones.
“Con demasiada frecuencia, la escuela es un lugar en el que se asesina sistemáticamente la creatividad, se impide la individualidad y el aburrimiento campa a sus anchas. Solo existen realmente dos posibilidades: o bien puedes hacer de tu clase un oasis respecto a todo eso o bien puedes hacer de ella un favor potenciador. Yo estoy totalmente comprometido con que mi clase sea un oasis”. Y yo también, añado. Y tú, ¿qué eliges?
Es especialmente significativo este llamamiento del autor a NO TENER MIEDO AL FRACASO. Según el autor, forma parte del proceso creativo y es un elemento esencial en el proceso de aprendizaje.
“Yo opino que una empresa que no albergue la posibilidad del fracaso no puede lograr nada relevante. La idea del curso académico perfecto no existe (gracias a Dios). Pero no permitas que te impida intentar algo nuevo. Anímate para extralimitarte y alcanzar nuevas cumbres. Eso sí, acuérdate de llevar muchas vendas en las rodillas, que te magullarás a lo largo del camino”.
Es muy sencillo justificarse diciendo que unos tienen más creatividad que otros, si no miran todo el camino, todo el proceso que hay detrás hasta llegar a esa meta. Como dice Burgess, “los de fuera ven los resultados maravillosos, pero apenas saben algo de la sangre y del sudor derramados a puerta cerrada”. Así que todo es cuestión de ponerse manos a la obra perdiendo el miedo a fracasar.
Además de ofrecer un sinfín de ideas, recursos y motivación, para mí este libro ha sido especial por la POSITIVIDAD Y EL ENTUSIASMO que transmite hace nuestra profesión. El autor afirma que estamos en un momento histórico en el que hay una multitud de profesores por todo el mundo dispuestos a cambiar cosas, con ideas nuevas, con ganas de trabajar y que ya están revolucionando las aulas en un montón de rincones. Yo me quedo con eso. Fuera esa idea de que la educación no funciona, hay que cambiar las cosas, el panorama no es el que era. ¡Ya basta! Somos muchos los que luchamos cada día por formar y acompañar a los adultos del mañana. Confiemos en nuestros trabajo, mantengamos las ganas de mejorar y tengamos viva la ilusión por todo lo que estamos consiguiendo.
“Yo vendo educación…un producto que, cambiando la vida, puede transformar el espíritu humano y cambiar, literalmente, el mundo de un alumno a la vez”.
Deja una respuesta