El propio autor dedica este libro “a tantos padres y educadores responsables y conscientes de que la forma en que llevan a cabo su acción educativa en las familias y en las escuelas determina en buena medida el futuro del individuo y de la sociedad. Nadie es más importante que el educador, porque tiene en sus manos la posibilidad de despertar y alentar lo mejor del educando, así como de depositar en su mente y en su corazón la semilla de la bondad y del bien“.
Teniendo en cuenta esta definición que el propio autor da de una educación inteligente, insiste en que “no hay verdadera educación inteligente si el niño o el adolescente no toma decisiones por sí mismo. Por eso hay que enseñarle a hacerlo sin olvidar que en el proceso de aprendizaje habrá que estar cerca para inyectarle confianza“. Por tanto, no hay educación inteligente sin un educador que esté presente y cercano al proceso de aprendizaje del educando.
Tierno recoge en uno de los primeros capítulos del libro lo que él considera que NO es educar y, por el contrario, lo que SÍ es educar. Resumo aquí los principales aspectos de su definición porque ayudan a comprender el contenido completo del libro.
- Sí es educar ayudar a un ser humano a descubrir lo mejor de sí, potenciarlo en lo posible para que llegue a ser plena y libremente él mismo.
- Sí es educar ayudar a la persona inmadura, teniendo muy claro que el educador sólo es un medio para que el niño se construya y eduque a sí mismo.
- Sí es educar tratar a cada hijo como un ser distinto, valioso, único e independiente, y hacerlo con mucho amor.
- Sí es educar enseñar a los hijos a pensar por sí mismos, a utilizar adecuadamente su libertad y a guiarse por la sensatez.
- Sí es educar ayudar a los hijos a aceptar y encarar las consecuencias de sus resoluciones y decisiones de sus actos.
- Sí es educar asumir los progenitores con humildad y eficacia la parte de error que les corresponde.
- Sí es educar predicar con el ejemplo de una vida coherente, respetando y asumiendo los valores, las virtudes y las habilidades que pretendemos inculcar.
- Sí es educar favorecer una educación integral de las distintas áreas.
- Sí es educar descubrir en familia con los hijos la dicha de sentirse unidos, cercanos, seguros, comprometidos y felices. Disfrutar de la fuerza que da el amor.
Como se puede observar, el autor entiende el término educación en su sentido más amplio y todos sus consejos y pautas que establece en el libro son igualmente aplicables de padres a hijos y de profesores a alumnos.
La parte central de esta obra es en la que el autor ofrece 22 claves para una educación inteligente. A continuación recogeré los aspectos más importantes de cada una de ellas.
1. Ama lo que haces y para quien lo haces
Tranquiliza muchísimo al niño o adolescente que sus padres y profesores les tengan en alta estima y les muestren afecto de forma incondicional, que les amen con sus defectos, carencias y debilidades.
El educador con un carácter equilibrado, sereno, con sentido común, comprensivo y dialogante lo tendrá bastante más fácil para formar a sus hijos o alumnos en actitudes de autocontrol, equilibrio y diálogo que otro educador con una personalidad inmadura, reactiva, escaso autocontrol y poco dialogante.Tierno reconoce que alguien puede preguntarse: ¿qué hacemos con nuestras cualidades, virtudes o valores para que las imiten nuestros hijos? Y responde que ellos las irán viendo y constatando cada día sin necesidad de que les digamos cuán simpáticos, diagonales y razonables somos.
6. Ten fe en la valía, capacidad y voluntad del educando
Es importante saber esperar lo mejor, demostrar confianza y tener la certeza de que el educando pondrá los medios a su alcance, colaborará y pasará a la acción aunque le cueste. Pero para ello necesita que sus padres y educadores le consideren capaz, inteligente y decidido, que tengan fe ciega en su valía, en sus aptitudes.La falta de confianza en las propias capacidades, la sensación de que nadie apuesta nada por nosotros y que no despertamos en los demás cierta consideración o admiración nos inhibe y reprime.
7. Busca algo bueno en el educando y lo encontrarás
Padres y profesores tenemos que convertirnos en exploradores y descubridores de todas las potencialidades y tesoros que guardan los educandos en su mente y en su corazón, enseñándoles a potenciarlos, conservarlos y orientarlos en beneficio propio y de los demás.El educador inteligente siempre suma o multiplica las cualidades y méritos del educando; jamás resta obsesionándose con lo negativo. Debemos convertirnos en exploradores y descubridores de aquellos méritos y cualidades que el mismo educando no valora lo suficiente.
8. Actúa con firmeza, establece límites y di ¡NO! cuando sea necesario
9. Evita los castigos: no son eficaces y existen mejores alternativas
10. Permite que el educando sufra las consecuencias de sus errores y omisiones y aprenda de ellos
11. Educa en la responsabilidad, porque significa educar en la toma de decisiones
- Poniendo especial atención a sus esfuerzos y a lo que hace bien.
- Diciéndole claramente la satisfacción y el orgullo que nos produce que sea decidido.
- Premiándole con algo agradable después de sus esfuerzos.
- Compartiendo con él desde niño tareas de responsabilidad.
- Animándole a tener opiniones y control sobre sí mismo.
13. No les tuteles diciéndoles a cada momento lo que deben o no deben hacer
14. No adoptes las mismas actitudes infantiles o adolescentes de tus hijos
Según Tierno, esas actitudes son el chantaje emocional, las amenazas, el hacerse la víctima, el recurrir a llantinas o explosiones de cólera, la descalificación… El humor es el mejor antídoto contra el descontrol, la tendencia a dramatizar y a convertirlo todo en un problema.La clave es educar con sentido del humor y sin perder el sentido del humor. El buen humor ha de ser una constante en la tarea educativa. Un recurso que siempre debe tener a mano el educador inteligente. Nada contribuye tanto a lograr la propia serenidad, el propio equilibrio, que mantener el buen humor y no perder jamás el sentido del humor.
15. Empieza a educar inteligentemente desde la cuna
16. No dudes en reconocer los errores cometidos si es que has fallado como educador
17. Da a cada hijo o educando su tiempo e importancia como individuo, como persona única e irrepetible
La individualidad, lo que nos hace distintos a todos los demás, con toda su variedad y riqueza, debe ser valorada, alentada, potenciada y admirada por el educador inteligente. Toda criatura humana, desde el momento en que es capaz de comprender, necesita sentir que se la respeta, valora y estima como ser distinto, como un gran valor, y que eso que tiene de particular e irrepetible lo debe aportar en beneficio de los demás.El autor resume los dos motivos por los que es fundamental respeta la individualidad de cada educando:
- Porque la educación integral como personas parte del desarrollo de este potencial, haciendo posible que lo mejor de cada uno como individuo, como persona, le beneficie a sí mismo y a los suyos.
- Porque lo que tenemos de distintos es lo que mejor podemos aportar a la sociedad en que nos integramos; es la donación más rica y personal que reciben los demás.
La idea central de la educación inteligente no es otra que promover, alentar y potenciar la actitud de colaboración en el educando. Es una condición básica el respeto mutuo, las actitudes dialogantes, la escucha atenta para comprender el mensaje del otro sin prejuicios, el dejar hablar y expresarse con plena libertad y, por supuesto, la empatía que permite “leer” los sentimientos y preocupaciones.
- ¿Cómo voy a propiciar la colaboración, la buena voluntad y las ganas de cooperar, en lugar del negativismo, el rechazo o la delación, dadas las características personales y las circunstancias que rodean a este educando en concreto?
- ¿Qué problemas pueden surgir? ¿Qué actitudes puede adoptar? ¿Qué respuesta debo dar a esas posibles reacciones para llevarle a mi terreno y que acabe colaborando?
- ¿Qué palabras, medidas, recursos y estrategias son útiles en este caso concreto para que tanto la autoestima como el sentimiento de competencia del joven salgan reforzados?
Un educador puede cometer muchos errores y debe ser humilde para admitirlos y para corregirlos, como también debe serlo para recibir lecciones, pues cualquiera puede dárselas en cualquier momento. En educación no hay recetas mágicas, sino formas de intervención inteligente más acertadas cuando se tienen en cuenta todos los factores posibles.
El fin último de la educación debe ser que la persona tenga buenos modales, respete las normas de convivencia, desarrolle su vocación de hacer el bien y sepa vivir feliz.
La educación inteligente es un libro manual que conviene tener cerca si eres padre, madre o docente, educador en definitiva. Es un libro muy revelador que define el papel del educador en la vida del educando. Bernabé Tierno recoge numerosos ejemplos reales en el libro que muestran los pequeños grandes actos o actitudes que podemos llevar a cabo para conseguir que nuestros educandos sean felices y capaces de decidir por ellos mismos.
Mi deseo para este nuevo curso que comienza es que todos los educadores consigamos ser un poquito más inteligentes durante esta nueva aventura. ¡Ánimo!
Sin lugar a dudas voy a utilizar todo lo que describes en mis clases del próximo trimestre. Gracias por compartirlo.
Gracias a ti por pasarte por aquí. Es un libro más que recomendable!