Hoy os quiero hablar de “Rebelión en el aula”, un libro de Sue Cowley que ofrece diferentes claves para manejar a los alumnos conflictivos en el aula.
Empecé a leer este libro en mi primer trimestre como maestra y no he conseguido terminarlo hasta este verano. Y lo que sí puedo afirmar es que muchas de la casuística que ofrece o respuestas por parte del profesor son bastante obvias e incluso yo, con mi poca experiencia como docente, ya las he descubierto y aplicado en mi realidad en clase.
A nivel general, no es un libro que ofrezca recursos muy prácticos o útiles que poder llevar a cabo. Se limita, en muchos casos, a describir contextos o perspectivas, pero no a dar consejos reales que poder aplicar. Además, está basado en el contexto educativo inglés, que difiere bastante del nuestro, especialmente en lo que a recursos humanos se refiere. Por otro lado, tengo que señalar que muchos de los casos que presenta son muy específicos para la Educación Secundaria y no para la Primaria, que es la que a mí más me interesa. La autora, desde mi punto de vista, es demasiado rígida en algunos aspectos y repite los mismos consejos o pautas en numerosas partes del libro. No obstante, a pesar de esta crítica, sí que es un libro que ofrece información interesante respecto a diferentes aspectos a tener en cuenta dentro del aula. A continuación detallaré lo que a mí me ha parecido más relevante.
Claves para afrontar la realidad del aula
- Es necesario ofrecer una estructura a nuestros alumnos. Ser coherentes y positivos.
- Una buena estrategia de control es utilizar señales pautadas y acordadas con los alumnos y ser capaces de darles “la elección”, que ellos sientan que tienen voz y voto dentro del aula.
- Es fundamental tener una actitud positiva y plantear situaciones tensas desde una transformación de preguntar agresivas a aseveraciones. Por ejemplo: “¿Por qué no estáis haciendo el trabajo? se convierte en: “Quiero os pongáis a hacer el trabajo y así podréis salir cuando sea la hora”.
- Para el buen desarrollo de las clases, es fundamental establecer objetivos y límites de tiempo. Nos tenemos que segura de que nuestros objetivos se adaptan a la clase y a los alumnos; tenemos que cuidar que los objetivos sean breves y específicos, para que puedan ejercer el máximo efecto; añadamos indicaciones visuales para facilitar la comprensión; usemos música para crear una sensación de velocidad; y nos tenemos que asegurar de que las recompensas ofrecidas por el logro de objetivos son verdaderamente atractivas. Es necesario cuidar las motivaciones extrínsecas.
- Como maestros, tenemos que hacer uso del sentido del humor.
- Tenemos que tener la capacidad de ponernos en su lugar, siendo reflexivos y analíticos.
- Es fundamental tratar a nuestros alumnos con educación y respeto en todo momento, siendo un espejo donde se puedan reflejar para que tengan el comportamiento que nosotros deseamos. El profesor tiene que ser un modelo a imitar.
- Hay que tratar, en la medida de lo posible, de evitar el impulso de gritar. Y tenemos la obligación de explotar el lenguaje no verbal dentro del aula. Para abordar el problema del ruido, es importante no dejar de hablar en voz baja y controlada. Utilicemos una orden de silencio para captar la atención de toda la clase. Y alentemos a los estudiantes a controlar sus propios niveles de ruido.
- No podemos tomarnos las malas conductas como algo personal. Es mucho más eficaz y tiene más sentido tomárselo desde una perspectiva más comprensiva y relativa.
- Necesitamos tener la oportunidad de experimentar, de cometer errores y de ir habituándonos. Tenemos que ser capaces de permitírnoslo a nosotros mismos.
- Debemos esforzarnos por tener un estilo de enseñanza asertivo.
- Hay que buscar un equilibrio entre lo que los estudiantes ven como actividades divertidas y lo que es verdaderamente educativo.
- Preparar clases de calidad debe ser relajante y entretenido para el profesor. Requiere que utilicemos la imaginación y pensemos creativamente en las diferentes formas de explicar una asignatura.
- El formato de las clases consiste en encontrar una estructura clara ye eficaz para el tiempo de clase.
- Darles un “mapa”: metas, objetivos, intenciones pedagógicas, resultados pedagógicos, etc. Un “mapa” que les informe de lo que va a pasar y por qué.
- Que las tareas sean breves y focalizadas. Genera una sensación de agilidad y de buen ritmo.
- Que las clases sean variadas, utilizando distintos estilos de aprendizaje.
- Detallar qué es lo que queremos que hagan los alumnos.
- Detallar qué es lo que han hecho los alumnos, qué es lo que han logrado y tomemos un tiempo para recompensarlos por su esfuerzo. Creemos una sensación positiva de logro.
- Preparar y dar el contenido de una clase es donde está lo divertido. Hacer un tema accesible a todos los alumnos puede brindarnos una gran sensación de logro.
- Que sean divertidas.
- Que incluyan elementos sensoriales.
- Incluir montones de accesorios y materiales. Por ejemplo: la caja mágica, cámara de vídeo, vestuario y pelucas, sonido y luces…
- Que sean actuales y relevantes. Les demostrará que el colegio se relaciona con el mundo exterior.
- Que sean grandes, coloristas y llamativas.
- Transformar los conceptos abstractos en actividades concretas.
- La forma que tenga el profesor de controlar el tiempo dentro de la clase puede tener un efecto sorprendentemente positivo o negativo sobre la conducta.
- Lograr que toda la clase se concentre. Dediquemos tiempo a hacer que todos los alumnos hagan algo juntos.
- Hacer descansos de forma regular.
- Intentar siempre acabar pronto.
- Hacer una revisión general con toda la clase. Ayudará a que el trabajo se consolide en las mentes de nuestros alumnos.
- Dejar a los alumnos con la disposición anímica adecuada.
- La autora se atreve también a definir los “pecados capitales” del profesor:
- Volver locos a los alumnos.
- Ser imprecisos o vacilantes.
- Ser groseros.
- Reaccionar desproporcionadamente.
- Ser pendencieros.
- Ser desagradables.
- Ser negativos.
- Ser aburridos.
- Utilizar las recompensas y las sanciones.
- En una descripción del profesor ideal hecho a una muestra de alumnos por la autora del libro, ella destaca las siguientes respuestas:
- Estilo de enseñanza: divertido y simpático, con una personalidad efusiva y haciendo que todo pareciese divertido. Alegre, con muy pocos días malos y con la capacidad de ponerse serio cuando fuera necesario.
- Trabajo: divertido e interesante, incluyendo montones de recompensas y juegos. El profesor siempre ayudaba a los alumnos cuando lo necesitaban.
- Disciplina: no gritaba. Da a los estudiantes una oportunidad antes de ponerles un castigo.
- Relación con los estudiantes: se les trata como iguales.
- Es importante mejorar el entorno de la clase para ofrecer a los alumnos un espacio en el que se sientan cómodos. La clase tiene que estar ordenada, organizada, con zonas diferenciadas, tiene que ser segura y divertida, de colores vivos, creando una atmósfera envolvente, personalizando nuestro espacio y pensando detenidamente la distribución.
- La forma como utiliza el profesor el espacio docente juega un papel importante a la hora de controlar la conducta de los alumnos. Hay que salir al encuentro de nuestros estudiantes; mientras dejamos que vayan entrando en el aula, saludémosles de una forma positiva; no nos quedemos parados en la parte de delante de la clase, acerquémonos a ellos; utilicemos de vez en cuando el espacio de una forma inusual; y utilicemos el espacio vertical además del horizontal.
- La autora presenta un concepto que considero relevante entre nuestros alumnos pero que muchas veces ignoramos, el espíritu de colegio. Es la forma en que los estudiantes perciben el colegio, y su conducta y su labor dentro del mismo.
“No olvidemos que los profesores influimos enormemente en las vidas de todos nuestros estudiantes. Son tantos los alumnos que se portan bien y que necesitan de nuestro talento y nuestro apoyo. Y los estudiantes que se portan mal también necesitan urgentemente nuestro cuidado y nuestra atención, para ayudarles a salir adelante”.
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