Hoy os traigo la quinta y última recomendación literaria que os había prometido. Sé que llega un par de días tarde, pero no quería desaprovechar la oportunidad de hablaros de este libro: “Ser maestro”, de Raúl Bermejo (@thinksforkids). Es un libro de lectura muy sencilla pero de exposiciones muy complejas. Estoy segura de que podía ser un libro perfectamente escrito por muchos de nosotros, por muchos maestros con la oreja verde. Es un libro que recoge la visión que tiene el autor de la educación, desde los aspectos más sencillos a los más complejos. Combina exposiciones de grandes teóricos de la educación con reflexiones y experiencias propias. Este libro es un manual de cómo podemos hacer las cosas mejor en el día a día dentro de nuestras aulas.
¿Qué nos enseña “Ser maestro”?
A ti, maestro, estas son las 10 razones por las que tienes que leer este libro.
1. Cada alumno necesita su tiempo. Parece que esa espiral de prisa está contagiando nuestro día a día en las aulas. Es muy triste ver como imponemos nuestro ritmo a los pequeños, sin permitirles sus propios tiempos, su propio proceso de aprendizaje. Raúl Bermejo defiende la importancia de respetar los tiempo de cada uno de nuestros alumnos y cuidar el valor que tiene cada una de las etapas educativas, sin querer adelantar procesos para que “estén mejor preparados”.
2. El juego caracteriza a la infancia.
“El juego tiene un papel crucial dentro del proceso educativo y siempre ha sido considerado una fuente primordial de aprendizaje para los niños y también para los educadores, para que puedan desarrollarse profesionalmente, ya que el juego nos brinda momentos de observación y conocimiento acerca de nuestros alumnos, de tus hijos.“
Raúl Bermejo ofrece un decálogo en su libro con un solo objetivo: DEJEMOS JUGAR MÁS A LOS NIÑOS.
1. El juego es un motor de aprendizaje para los niños.
2. El juego es un derecho de la infancia.
3. El juego desarrolla habilidades sociales. No lo olvides.
4. Con el juego aprenden de forma lúdica, huyendo de lo monótono y aburrido.
5. El juego genera optimismo, placer y bienestar.
6. Cuando juegas con tus alumnos o con tus hijos, les generas confianza, mejoras su autoestima y estableces con ellos un vínculo muy especial.
7. El juego favorece el desarrollo emocional, social e intelectual de los pequeños.
8. Con el juego, los niños son quien quieren ser en cada momento, sin tener miedo a equivocarse, lo que les da seguridad.
9. El juego permite a los niños expresar sus sentimientos y emociones.
10. El juego permite conocerlos.
3. El patio también es un espacio educativo.
“El patio es un lugar de descubrimiento, de aventura para los niños. Es un espacio lleno de elementos motivadores que favorecen el desarrollo integral del niño mediante el juego. Así que no deberíamos limitarnos al aula como único lugar de aprendizaje. No solo debemos entender el patio como una zona de recreo y de juego libre, sino que debemos y podemos aprovechar la infinidad de posibilidades educativas que nos brinda, ya que es un lugar privilegiado de exploración, observación, experimentación y aprendizaje para los niños. Esta zona del centro la concibo como un espacio abierto que permite el contacto directo del niño con el mundo exterior y que le facilita la interactuación con el medio, lo que favorece las relaciones y las interacciones sociales.”
4. Cada persona aprende creando. ¿No os ha pasado muchas veces en clase que cuando les dejas jugar o dibujar libremente algunos pequeños se sienten bloqueados y no saben qué hacer? Y puede ser que esos mismos pequeños que se sienten bloqueados sean a la vez los que mejor desarrollen unas fichas o un ejercicio cerrado y mecánico. ¿Cómo podemos permitir que esto ocurra? Los niños son un manantial inmenso de ideas, imaginación y creatividad. No nos podemos permitir que un sistema educativo rígido destruya todas estas preciosas cualidades y convierta a nuestros pequeños en adultos sin recursos para desenvolverse en la vida real.
“Cuando hablamos de creatividad infantil, debemos tener siempre presente que lo que realmente importa es el proceso de las actividades, de lo que los niños están creando y no los resultados finales. La orientación de la enseñanza en esta etapa no tiene que estar encaminada a la consecución de unos objetivos cerrados en sí, o de unos modelos que les ofrecemos, ya que eso impide que los niños desarrollen las capacidades creativas que cada uno de ellos posee. Una orientación más libre y que huya del estereotipo y de la rigidez ayudará a hacer evolucionar su potencial creativo.”
5. Los niños son emociones. La Educación Emocional debería ser algo obligatorio en todos los centros escolares. La Inteligencia Emocional debe trabajarse en todas las etapas educativas para dotar a nuestros alumnos de las mejores herramientas de gestión emocional que les permitan ser unos adultos competentes y emocionalmente equilibrados.
“Como adultos damos por hecho lo que es estar tristes, contentos, enfadados, etcétera y nos olvidamos de que ellos, aunque son pequeños, pasan por los mismos estados de ánimo que nosotros, pero no son capaces de reconocerlos ni de explicarlos.
Estos aspectos emocionales están descuidados en los colegios, a pesar de que es algo que los maestros deberíamos fomentar desde los primeros años de escolarización. Es esencial cultivar la empatía y la amistad, pues contribuyen de manera positiva al desarrollo de la autoestima y, sobre todo, al bienestar personal. Sentar una buena base en el manejo de las relaciones sociales ayudará a los niños a lo largo de su crecimiento.”
6. El trabajo con las familias es esencial. Las familias son el entorno más seguro de nuestros alumnos en la mayoría de los casos y suponen su referente más significativo. La escuela no puede mantenerse al margen y trabajar de forma paralela (a veces perpendicular) a las familias. El significado de “trabajo en equipo” debe cobrar su mayor fuerza en la unión de la escuela y la familia.
7. La creatividad es el elemento clave. Raúl Bermejo es un gran defensor y amante de la creatividad. Trabaja mucho por fomentar su desarrollo y ofrece muchos materiales que pueden ayudar a padres y maestros.
“Si hay algo que un maestro debe tener en cuenta en su vida diaria en el aula es la creatividad, o cómo desarrollar el pensamiento creativo en sus alumnos. Entiendo la creatividad como la capacidad de generar ideas novedosas y útiles, y para ello es fundamental dejar al alcance de los protagonistas una gran variedad de recursos que ellos puedan manipular, experimentar y explorar.”
8. Confiar en nuestros alumnos es la base de su desarrollo. Cuando un alumno siente que confiamos en él y en sus posibilidades, cuando creemos que es capaz de hacer algo, una energía contagia a ese pequeño y lo llena de confianza.
“Es primordial que los maestros creamos y confiemos en nuestros alumnos. Pero no solo los maestros, sino que también los padres deben creer en sus hijos. Cuando los niños se dan cuenta de que confías en ellos, ocurren cosas inesperadas dentro del aula y el aprendizaje fluye. A día de hoy, un maestro no tiene únicamente la función de corregir exámenes, debemos tener en cuenta que cada alumno posee un talento que está esperando ver la luz.”
9. Las fichas están sobrevaloradas. Raúl Bermejo es maestro de Educación Infantil, pero yo, como maestra de Primaria, hago extensible esta afirmación a los libros de texto. Ya he hablado sobre ello en muchas ocasiones. Las fichas o los libros de texto no pueden hacernos esclavos. Deben ser una herramienta más con la que contamos en nuestro trabajo dentro del aula. Debemos adaptarnos a nuestro tiempo y trabajar con recursos y herramientas reales que doten a nuestros alumnos de las competencias para ser unos adultos responsables.
“Siempre he intentado huir de lo monótono, de lo tradicional en que concierne a la enseñanza, y lo he hecho sobre todo porque los niños han cambiado, no son los niños que éramos antes. La sociedad va cambiando, nos guste o no, y hay muchísimas cosas que deben evolucionar, y una de ellas es la educación.”
10. El concepto que tenemos de los deberes roba la infancia de nuestros pequeños. Sin duda alguna, la palabra “deberes” supone un gran debate y puede entenderse de maneras muy diversas. Como en todo en la vida, los extremos no son buenos. Pero lo que sí está claro es que el concepto de repetición de ejercicios mecánicos en casa y llenar las tardes de nuestros pequeños con más trabajo absurdo no tiene ningún sentido.
“¿De verdad un niño de primero de Primaria tiene que llevar deberes a casa? ¿Y es necesario que uno de cinco años se vaya los viernes de la escuela con una ficha de refuerzo para hacer el fin de semana? ¿Cuál es el objetivo? ¿Prepararlos para la siguiente etapa? Creo que así es como les robamos su infancia.”
Buen libro, otro para la lista.. Gracias de nuevo.👏👏👏
Gracias a ti. Un libro nuevo siempre es una buena opción.