Hoy os traigo la segunda recomendación de la semana: “Soñando personas”, de Manu Velasco. Es un libro tan bonito como sencillo. Está escrito desde el corazón y, sin duda alguna, también toca el corazón del lector. Es un libro de reflexiones en vertical, como lo describe su autor. Es un libro que no te deja indiferente, pues remueve todo tu interior, te hace evocar tus recuerdos y las personas que forman parte de tu vida. Es un libro dulce, lleno de cariño que te transporta a lugares, emociones, sentimientos y momentos. Es un libro que emociona profundamente y te invita a soñar.
¿Qué nos enseña “Soñando personas”?
A ti, maestro, estas son las 10 razones por las que tienes que leer este libro.
1. El valor de la familia. Además de lo que significa nuestra familia para cada uno de nosotros, también tenemos que valorar y cuidar a las familias de nuestros alumnos como pieza clave en su formación. Son imprescindibles en nuestra labor diaria.
A todas las mamás, a todos los papás
Queridas mamás, queridos papás:
Perded el tiempo para ganar tiempo: tiempo de ellos, tiempo para ellos, tiempo con ellos, tiempo para vosotros, tiempo de vosotros…
2. La innovación tiene un efecto purpurina. Como expresa su propio autor, “con la innovación pasa como con la purpurina: en cuanto la sacas del bote, ya no hay manera de volver a meterla. No hay forma de contenerla, de evitar que se propague, de evitar que brille… La innovación comienza y se extiende gracias al efecto purpurina.”
Efecto purpurina
(…)
Innovar es confiar.
3. Conseguir tus sueños requiere pasión. Cuando persigues un sueño, hay que saber lidiar con las dificultades e inconvenientes, por lo que sólo la pasión que sientas por ese sueño será lo que te haga seguir caminado hacia adelante.
Cómo se consiguen los sueños
(…)
Pasión para soñar juntos.
4. La importancia de darse a los demás y saber mirar hacia adelante. Como personas, tenemos que aprender a darnos a los demás antes de exigir recibir. Pero también tenemos que aprender a perdonar y a no rendirnos, a seguir caminando. Muchas veces, como dice el autor, la respuesta está en la 1ª conjugación.
En 1ª conjugación
Para encontrar la paz, perdonar.
Para saborear la amistad, confiar.
Para abrazar la bondad, ayudar.
Para acariciar la felicidad, soñar.
Para disfrutar la vida, admirar.
Para atrapar la oportunidad, despertar.
Para amar la diversidad, viajar.
Para tocar la amabilidad, escuchar.
Para palpar la generosidad, dar.
Para alcanzar la meta, caminar.
5. Educar sin prisas. La realidad nos mueve a un ritmo demasiado rápido, un ritmo que en muchas ocasiones no podemos ni controlar ni gestionar como adultos. Y, casi sin darnos cuenta, contagiamos la educación y el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos con ese ritmo frenético, sin respetar sus tiempos, sin darles su espacio. Nos olvidamos del cómo educamos para centrar en el qué. Tenemos que aprender a educar a fuego lento.
Guisando a fuego lento
(…)
Tiempo para dar alas.
6. El amor es el principio pedagógico esencial. “El amor no entiende de relojes. El amor entiende de Ayuda, de Apoyo, de Acompañamiento, de Asombro, de Alegría, de Aceptación, de Ánimo… Y resulta que todas estas palabras que empiezan por la letra A necesitan tiempo, un tiempo natural que no podemos arrebatar a nuestros alumnos.”
7. Viajar al corazón de nuestros alumnos. Porque educar es cosa del corazón. Como maestros, debemos ser turistas en el corazón de nuestros alumnos. Emprender viajes para empaparnos de todo lo que hay dentro de cada uno de ellos y aprender de ellos y con ellos.
Turistas
Para que sean capaces de llegar al corazón de los demás, pero para que siempre lo hagan en son de paz.
8. La tecnología está a nuestro servicio. Nosotros no podemos estar al servicio de la tecnología. Por encima de cualquier avance tecnológico siempre tiene que estar el amor y el cariño sincero por uno mismo y por los demás.
Sin batería
Nos preocupamos y evitamos
que nuestros teléfonos
se queden sin batería,
pero no somos capaces
de hacer lo mismo con nosotros.
Nos agotamos y no nos recargamos.
9. La vida necesita tiempo. Como educadores, tenemos que guisar a fuego lento y darles a nuestros alumnos el tiempo que se merecen y necesitan. Pero, ¿qué hay de nosotros? Nosotros también necesitamos concedernos tiempo para disfrutar, aprender, descansar, recomponernos y compartir. Tiempo para conjugar muchos verbos, como dice Manu Velasco.
Tiempo… ¿para qué?
La vida necesita tiempo,
tiempo para conjugar muchos verbos.
para amar y emocionar.
10. El diccionario de las personas. Manu Velasco dedica un capítulo entero a las personas y lo hace en forma de diccionario; pero no un diccionario al uso, sino uno muy original. Este capítulo me ha gustado especialmente porque recoge la capacidad de reconocer en los demás, en quienes nos rodean, todas sus cualidades y todo lo que nos aportan en nuestro día a día. Considero que es esencial saber valorar y apreciar lo que tenemos en nuestra vida y mostrarnos agradecidos por ello.
Persona todo en uno
Son aquellas personas en las que has pensado en más de una ocasión al leer este diccionario de personas especiales.
su persona “todo en uno”.
Para terminar este post, quiero transmitir desde aquí mi agradecimiento y admiración a Manu Velasco. Su ternura y su visión de la educación son una inspiración. Y te felicito por tu decisión para esta nueva etapa que comienzas, en la que has has sabido tener tu oreja muy verde para comprender lo que necesitabas. Disfruta mucho.
Deja una respuesta